Turismo asume mayores pérdidas a las ya anticipadas ante endurecimiento de medidas de aislamiento
Presidente de Fedetur, Ricardo Margulis, estima pérdidas para este año entre US$ 3.800 millones y US $3.900 millones. Cifras anteriores solo consideraban menores ingresos de visitantes extranjeros.
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Una dura realidad es la que asume hoy el presidente de la Federación de Empresas del Turismo (Fedetur), Ricardo Margulis, para el sector producto del endurecimiento de las restricciones de movilidad en casi todo el país. Esto, en medio de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus.
Así, el gremio actualizó el catastro con el impacto que anticipan para el sector este año, dando cuenta de un empeoramiento del escenario. “Pensamos que en el año entre turismo nacional e internacional vamos a andar en unos US$ 3.800 millones a US$ 3.900 millones menos de ingresos”, prevé.
Esto porque ahora, a las pérdidas que estimaron hace unas semanas por el cierre de fronteras para los turistas extranjeros, se suma los ingresos que no se recibirán por las vacaciones de invierno, los viajes de tercera edad, el turismo de fin de semana, la semana santa y el 21 de mayo, entre otros. Todo ello arrojará pérdidas que al menos se han estimado en US$ 2.300 millones.
“Hay empresas que después del 18 de octubre ya venían a los tumbos. Y esto es la lápida, por lo que algunas van a quebrar”, sentencia.
Medidas del gobierno
Con este duro panorama de telón de fondo, el dirigente valora las medidas anunciadas por el Gobierno la semana pasada, tanto en el ámbito tributario como en las que apuntan a la protección del empleo, por un valor de US$ 11.750 millones.
Eso sí, mantuvo una estimación de pérdida de empleos para el sector cercana a los 80 mil puestos de trabajo. Comentó que dado que la capacitación en el sector turístico es clave en la atención a público, la opción que entrega el proyecto de ley para mantener el vínculo laboral con el pago de cotizaciones ayudará evitar despidos. Eso sí, advirtió que su efectividad dependerá del flujo de caja que tenga cada empresa.
Ante esto, el titular de Fedetur hizo un llamado a que los parlamentarios den celeridad a la aprobación de la iniciativa, hoy en primer trámite en la Cámara y que tiene urgencia de discusión inmediata.
“Creo que es una buena medida que va en la línea correcta y vamos a ver el efecto que tiene, pero el efecto va a ser mucho mejor en la medida que se apruebe rápido porque las empresas necesitan oxígeno”, recalca el dirigente gremial.
Las apuestas para septiembre
¿Vendrá una recuperación? Para septiembre, Margulis espera que el sector comience a dar signos reales de dinamismo que se mantendrían hasta fin de año. Esto tomando en cuenta los datos que entregan las autoridades sanitarias sobre el peak de infectados, previsto para fines de abril, y asumiendo que desde julio empieza una leve recuperación.
“Creemos que en julio, agosto debiera notarse -suponiendo que se abren las fronteras- un leve repunte del turismo internacional como también en el turismo interno, que es muy importante”, señala.
Alejandro Hughes: "Cuatro o cinco meses con cero ventas"
El Hotel Kennedy acostumbraba a tener una ocupación del 70% en marzo. Pero hoy, ese número está entre un 0% y 2%.
Lo que más preocupa de esta realidad a su gerente general, Alejandro Hughes, es proteger a los trabajadores que se desempeñan en la firma.
El problema que los afecta, es que por el Covid-19 ya no tienen clientes y las ventas han disminuído a cero pesos.
Sin ningún ingreso están reduciendo al máximo sus gastos.
"Si en conjunto el Estado paga una parte del sueldo y nosotros pagamos la otra, que son las imposiciones, podríamos paliar un poco los gastos que se nos vienen al no tener ingresos", plantea Hughes.
Actualmente, tienen solo dos huéspedes, los que se van el viernes, y luego de eso el hotel cerrará sus puertas, porque todas las reservas de abril y mayo fueron canceladas. "Nosotros estamos proyectándonos máximo a cuatro o cinco meses con cero ventas, en el peor de los escenarios podríamos aguantar ese tiempo, después ya tendríamos que cerrar definitivo", sentencia Hughes.
Ari Furman: "Los ingresos no alcanzan a ser $ 100 mil a la semana"
El dueño de los Hostales Santiago Backpackers y Patagón Backpackers -este último ubicado en Coyhaique-, Ari Furman, cuenta que pasó de tener entre un 75% a 70% de ocupación a solo un 12% a 10%.
La semana pasada tenía cerca de 16 huéspedes y ayer tenía en promedio siete en Santiago y nueve en Coyhaique. "Esperamos que una vez que esa gente vuelva a sus destinos, porque están esperando sus vuelos, estos números bajen a cero", sentencia.
Los ingresos que tiene en estos momentos son prácticamente nulos, porque además de tener apenas pasajeros, las tarifas han bajado un 45%. "Eso, sumado a la baja ocupación haden que nuestos , los ingresos no alcanzan a ser $ 100.000 a la semana", agrega Furman.
Para los próximos meses tiene un 80% de las reservas canceladas. Las de marzo, abril y mayo se "cayeron" todas, y según el avance del COVID-19, el dueño de estos hostales, espera que las de junio corran la misma suerte.
Pablo Radó: "Lo que sucedió en los últimos seis meses fue mermando la caja"
Pablo Radó es dueño del reconocido "Radó Hostel", que luego de nueve años de funcionamiento, cerró ayer sus puertas. Ubicado en la llamada "zona cero" del conflicto social en Santiago, Pío Nono con Bellavista, el negocio no dio para más.
Si bien su propietario aclara no haber quebrado, optó por bajar la cortina porque sabe que con el Covid-19 le esperaban al menos seis meses de pérdidas.
Su éxito se debe a los numerosos premios que recibió el hostal. En su año de apertura fue elegido el mejor nuevo hostal de Sudamérica por Hostel Bookers, y en 2014 como el mejor de Chile y tercero de Sudamérica.
En diciembre el establecimiento estuvo a punto de cerrar, porque el estallido social lo golpeó. Sin embargo, su dueño decidió resistir, pero tuvo que finiquitar a un par de trabajadores.
Hoy, con el avance del Covid-19, sus niveles de ocupación han bajado. Siempre tuvo sobre 85%, pero desde el 18 de octubre 2019 al 15 de marzo de 2020 las las ventas bajaron en 67% frente al promedio de los años anteriores, lo que hacía insostenible el negocio.